Transcripción de
una entrevista concedida por A. L. Guillén a una radio local granadina
(6-6-2000)
ENTREVISTADOR -¿Qué
significa Sefronia?
ANTONIO LUIS - Sefronia,
acentuar en la o, es el título de un álbum del «cantautor»
de los 70 Tim Buckley , una de las pocas referencias que los tres
coincidimos en admirar, así como a su hijo. O sea que el nombre
es realmente un homenaje.
E -¿Quiénes
forman
Sefronia? ¿Currículo?
AL -Hay pocas cosas
reseñables en nuestro currículo de las que no nos avergoncemos
(risas). Angelina, la voz, es de Almería y estuvo dos años
en un grupo granadino. Instantáneamente me encantó su voz.
Julián tiene un bagaje de colaboraciones que ni Tony Levin,
y que sería farragoso enumerar, ya que era un excelente batería.
Julián y yo ya nos conocíamos de algunas sesiones de versiones
zeppelinianas en alguno de los tristes «pioneros» locales de
ensayo granaínos, aquellos en los que crecía la hierba hasta
por el suelo.
E -¿Por qué
pasásteis desde «restos» a esta nueva historia? ¿Cómo
se adaptó Julian?
AL -Para contestarte
con franqueza, por comodidad, ya que adaptar «restos» a formato
de grupo convencional era tarea ardua. Por otra parte coincidíamos
en rechazar la disciplina de ensayo de un grupo normal, para darnos total
libertad temporal a la hora de trabajar, pues todos tenemos obligaciones.
Mi contacto con la música electrónica era bastante tangencial,
mi formación primitiva era en el rock y el blues clásico,
incluso me gusta The Band
(risas). A raíz de conocer
a Julián comenzó un nuevo interés por la música
electrónica actual. A Angelina también le gustaba algo de
la escena electrónica. De «Restos» quedan algunas composiciones,
dos miembros del proyecto, y un talante de experimentación frente
al acto musical, ahora en el ámbito de la electrónica que
consideramos, sobre todo, cómodo.
E -¿Se presta
más a la investigación la música electrónica?
AL -Particularmente
creo que en un formato de banda de rock o jazz se puede investigar, y llegar
muy lejos, incluso más de donde se ha llegado por los prejuicios
y el constante revivalismo del pop y el rock. A esto colabora la industria
y cierta crítica. Sin embargo existe una clara comodidad a la hora
de tratar el sonido con la electrónica.
E -Háblame
un poco de las letras de Sefronia.
AL -Yo parto de una
idea clara de canción en un principio. En base a esa canción
se trabaja con el ordenador. Las letras en ese sentido pueden partir de
alguna premisa temática para luego derivar a otros lugares en virtud
de la escritura espontánea. En «restos» existía
la unidad conceptual de la anomalía en el amor. En Sefronia, curiosamente,
los temas son más sociales, pero no en el sentido reivindicativo
que se maneja últimamente; nuestro lenguaje es más cínico
que directo. El tercer corte por ejemplo, «Adrenocromo», se
inspiró en la falacia de la mítica droga extraída
de suprarrenales de cadáver que se cita en «Miedo y asco en
Las Vegas», la mediocre novela de Hunter S. Thompson. Es una
letra social. Identifico la droga con los media: falacias que provocan
subidones (¿el gran hermano? ). De Fernando Jaén, con el
que colaboré en «Restos», aprendí algo de ritmo
y estética, pues es uno de los mejores creadores de imágenes
poéticas de Granada, un pequeño
Ezra Pound, con perdón.
E -La portada, que
a mí me gusta mucho, ¿de dónde la habéis sacado?
AL -El cuadro de
la portada se llama «Beatrice et Juliette» y es de Jacques
Monory, un pintor de los 70 de la nueva figuración. Para nosotros
representaba la repetición y al mismo tiempo el sentimiento de la
música electrónica, así como la engañosa inocencia
de los comienzos de un proyecto.
E -Estáis grabando
ya otra maqueta, ¿va en esta onda o lleva ya otros derroteros?
AL -La primera maqueta
gira bruscamente del funk y la atonalidad a la balada estándar.
En la nueva maqueta trato de unir ambos conceptos en una misma canción;
la dinámica de canción popular unida a ciertas innovaciones
armónicas y sonoras que me gustan de las músicas que escucho,
free-jazz, electroacústica, microtonal, sonido Canterbury...
E -¿Si os dijeran
que vuestra maqueta primera suena a un cóctel entre Tricky, Portishead,
y King Crimson, qué dirías?
AL -Diría
que me gustan los nombres que has citado, pero que me resulta imposible
analizar la real influencia de esas músicas en Sefronia.
Soy mal crítico de mi música.
E -¿Es factible
llevar esta música a directo?
AL -Dada la polirritmia
que estamos manejando en la nueva maqueta habría que contar con
un muy buen batería y algunas bases grabadas; buscamos a ese batería;
el resto se tocaría en directo real.
E -Parece que la maqueta
ha tenido muy buena acogida de público y medios...
AL -La maqueta ha
sido calificada de innovadora cuando, para serte sincero, las referencias
musicales que manejamos son muy claras. Quizá el eclecticismo de
esa tercera vía que hay fuera del dance y el crossover electrónico
metálico, aquella que busca la canción perfecta es nuestro
filón. La gente habitualmente espera algo muy estereotipado de la
electrónica, increíblemente. Al mismo tiempo que me gustan
Beach Boys,
Randy Newman o
Nick Drake, adoro la experimentación.
Prefiero a
Eduardo Polonio o John Cage que a Air.
Siempre es bueno que te etiqueten de experimental, pues tienes licencia
para matar.
E -Lo que está
claro es que con este trabajo o con «Restos» no habéis
escogido el camino fácil. ¿Algunas últimas palabras?
AL -Gracias, como
siempre, a vosotros, y al público que tan bien nos ha aceptado.
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