Una verdadera
reorientación de la economía
requiere de un
giro ontológico, es decir, de una
discusión explícita sobre la naturaleza de los materiales que
constituyen la economía y los fenómenos económicos. Lawson elabora en
detalle y defiende una concepción ontológica particular, sistematizada
como
realismo crítico, que sostiene que la realidad
social es abierta, estructurada, caracterizada en gran medida por la
existencia de relaciones internas y sujetas a una constante
transformación y reproducción.
Por realidad social Lawson entiende aquel dominio de todos los
fenómenos cuya existencia depende (al menos en parte) de nosotros. Esto
incluye las relaciones sociales, que dependen de cada uno, pero también
las que dependen de otros.
[]Lawson se pregunta si es sólo una estructura básica la que
constituye la realidad y si la parcialidad de la representación es un
inconveniente, más que un recurso epistémico porque no hay conocimiento
que pueda producirse libre de representaciones. Cuando se hace
referencia a un individuo, este es alguien que está situado en un
entorno y las diferencias se dan en relación con el género, la cultura,
la edad, etc.
La categoría de
“ontología social” a la que refiere,
remite a seres sociales. Dado que sólo pueden conocerse objetos de
conocimiento en los que se tenga algún interés se conocerán a través de
ciertos marcos conceptuales.
[]Lawson no piensa que se deba buscar una sola ontología, sino una
construcción de diversas ontologías basadas en la realidad social, como
un conjunto relacional.
[] Es precisamente esta propuesta la que la presente tesis
considerará como fundamental para permitir generar algunos resultados al
diagnóstico del estado de la economía mostrado por Lawson.
La dinámica social surge, en este contexto, de la interacción
continua entre dos categorías distintas e irreducibles: los seres
humanos intencionales (agentes), por un lado, y las estructuras sociales
que emergen como resultado de las acciones e interacciones de los
agentes, que a su vez los condicionan y habilitan, por otro lado.
Así Lawson define dos tareas esenciales para su argumento:
Primero, justificar su afirmación de que los problemas de la
economía obedecen a la falta de compromiso ontológico evidenciada
por la corriente principal (
mainstream).
[]Y en segundo lugar, derivar de ahí su ontología social
particular.
[]
El axioma o principio del que parte Lawson para llegar a postular
la necesidad de un realismo crítico es el hecho de que la actividad
social humana es compleja, pero inteligible.
Un sistema de lenguaje es reproducido continuamente y, al menos
bajo algunos de sus aspectos, transformado. Un sistema de lenguaje es,
entonces, intrínsecamente dinámico, su modo de ser es un proceso de
transformación. Está en proceso continuo de acción, de re-creación, de
transformación.
[]
A partir de este principio el autor aplica sus propios preceptos
metodológicos para inferir cómo tendría que ser la realidad social para
que dicho principio fuera posible. Procediendo de esta manera Lawson
llega a la conclusión de que la realidad social debe ser abierta,
estructurada, dinámica y caracterizada por un alto grado de
relacionalidad interna. ¿Cómo es posible, entonces, adquirir
conocimiento científico acerca de la realidad social?
La realidad social está, entonces, altamente relacionada de
forma interna u orgánica. Incluye, adicionalmente, el valor y
significado de ser polivalente.
[]
Es en este sentido que en los últimos años se ha observado un
importante crecimiento en el número de economistas que sostienen que la
economía debería estar basada en la biología evolucionista, que también
se ocupa de estudiar sistemas abiertos y estructurados.
En un mundo social abierto las representaciones de estructuras,
elaboradas sobre la exigencia de un sistema cerrado de clase de
secuencia causal, en la mayoría de los casos serán, significativamente
y en diversos grados, ficticias.
[]
Por lo que es pertinente la pregunta: ¿hasta qué punto es lícito
explicar fenómenos económicos mediante teorías o métodos desarrollados
para ciencias cuyo objeto de estudio subyace a la actividad social o
económica, pero a las cuáles la economía no es reductible? Según Lawson,
la concepción ontológica sustentada por el realismo crítico ofrece
respuestas a todas estas preguntas. A diferencia de la corriente
principal
(mainstream), cuya característica
definitoria es la adhesión incondicional a un cierto tipo de método
(esencialmente, el método matemático deductivo).
La economía heterodoxa se caracteriza por su persistente rechazo
de los modelos matemáticos, o al menos al carácter universal que se les
atribuye. En palabras de Lawson:
De ninguna manera estoy sugiriendo que los modelos formales no
deben existir como parte de las opciones disponibles. El objetivo es,
como digo, un foro pluralista donde la ontología explícitamente
procese la reflexión crítica y pueda tomar su lugar entre todos los
componentes concebibles de la teorización social de la disciplina
económica.
[]
Al proponer metodologías alternativas Lawson afirma que las
escuelas heterodoxas tienen en cuenta la naturaleza del reino social y,
por lo tanto, sus propuestas presuponen un análisis ontológico
(independientemente de que sus defensores tengan consciencia de ello, o
no).
¿Cómo fue que la corriente principal (y las prácticas sustentadas
por ésta) llegaron a alcanzar una posición dominante, siendo que nunca
tuvo demasiado éxito en sus esfuerzos por explicar la economía y,
ciertamente, su desempeño no fue mejor que el de otros proyectos
alternativos desarrollados simultáneamente? ¿Por qué este fenómeno se
dio recién en el siglo XX y no antes, cuando que la matemática gozaba de
un alto prestigio ya desde los tiempos del Iluminismo y, además, siempre
hubo científicos interesados en matematizar la ciencia social?
Algunas respuestas aventuradas indican que esto se debe
precisamente a que el paradigma racional de la verificabilidad de los
argumentos es el que se ha impuesto como la base de la justificación del
conocimiento en las ciencias naturales.