Una improvisada metodología para confeccionar «cursos digitales»
El 28 de abril pasé una muy buena tarde de cerves con Eva Méndez, la vedette de la web semántica, y Chaals. Entre la multitud de temas de nuestra tertulia surgió la presunta viabilidad de las clases en formato telemático y digital (tirando de Moodle o de vaya a saber usté).
Introducción al problema
Eva y éste que suscribe compartimos un mismo problema aparente: podemos preparar unas transpas, en mi caso son realmente mis propios guiones, sucintas. Uno se esfuerza en hacerles realmente bien, las sintetiza al máximo y las pretende limpiar de polvo y paja. A mí suelen salirme unos esquemas preciosos... pero sólo eso: esquemas. ¿Qué más puedes añadir cuando estás seguro de que está todo dicho? El misterio aparece en cuanto recuerdas la duración de una charla típica y la información que provees en la misma comparada con la recopilada en las transpas que has usado.
El problema
Yo tengo un ejemplo personal que adoro: mi charla sobre el «interfaz
de la sociedad de la información» en formato de transpas
(100% web, qué menos: gracias a Slidy)
y en vídeo
digital. Los interesados pueden comparar. ¿Cuál es la
diferencia? Obviamente la primera es el medio: la comunicación verbal
es harto flexible y si tienes algo de gracia, en el sentido más amplio,
muy agradecida. Al margen del canal de transmisión, más clases de
información:
- explicaciones añadidas,
- introducciones más o menos breves,
- referencias a temas conexos o derivados o trasponibles,
- casos de uso (el chiste, aún el malo, es en mi opinión herramienta extraordinaria para exponer casos de uso, junto a la obvia anécdota)
- apostillas y hasta las morcillas favoritas de cada cual.
El caso es que, yo mismo, suelo estar muy orgulloso de mis transpas pero, cabilando objetivamente sobre el tema debo reconocer que hay mucho contenido que se me queda por el camino... y que tal vez sea lo más importante.
¿Puede ayudarnos la tecnología? Creo que sí. Veremos cómo. Antes una anécdota: tampoco es la primera vez que pienso en estos temas. En mis clases de álgebra en el tercer curso de la universidad, frustrado en mi frustración por la inentiligibilidad por una materia tan compleja como sugerente para mi ya le daba vueltas al mismo problema e imaginé un maravilloso sistema multimedia implementable con cosas como SMIL y Annotea... ah, siempre un adelantado a mi tiempo.
Propuesta de metodología para confeccionar «cursos digitales»
Esquemáticamente, porque yo lo valgo:
- confeccionar un guión más unas transparencias (si no son la misma cosa) incluyendo, si te ves capaz, ilustraciones;
- impartir una clase, en persona, con alumnos motivados para colaborar, veremos luego para qué, y grabación de la misma en vídeo digital;
- los alumnos, motivados, con sus apuntes y notas, aportan contenidos complementarios o al menos realimentación sobre qué conceptos añadir, extender o explicar;
- consolidar la información disponible en forma de resúmenes, anotaciones y dudas... resueltas; añadir un glosario si es preciso; el resultado debe ser manejable, homogéneo e inteligible;
- complementar los contenidos con biblografía;
- publicar los contenidos en formato digital; el apoyo de un servicio de anotaciones sería ideal, pero desgraciadamente esa tecnología apenas ha calado en la web.
Por supuesto que esta protometodología es sólo resultado de un rato de «meditación de excusado». Seguro que mi amigo Jordi Adell las encontrará como mínimo mejorables si es que no profundamente incorrectas :-)
Se aceptan sugerencias.