Introducción: el problema general de la Revolución Digital

v1 20050707, Ismael Olea  
El cambio tecnológico que nace en el siglo XX (y de alguna manera en el mismo XIX) y que han tenido un revulsivo particular gracias al desarrollo de las tecnologías hardware y software está dando lugar a tantos cambios que a los tiempos que vivimos que se los denominamos la «Revolución Digital» en comparación con otras revoluciones socio-económicas del pasado. Estos cambios ocurren a todos los niveles humanos: educación, ocio, violencia (nuevas formas de terrorismo global, por ejemplo), política, participación ciudadana, economía, etc. Cambios positivos o negativos para el bienestar de la Humanidad, porque la tecnología es neutra. Sus efectos sólo dependen de la ética de los que la disponen y aplican.

Sería interesante explicar muchos ejemplos de esta revolución de los muchos que tenemos por todos lado para ilustrar mejor la idea a transmitir, pero la falta de tiempo lo impedirá al menos en esta ocasión.

Hiperproductividad

Comprender el concepto de hiperproductividad es clave para vislumbrar el alcance de la RD. Debido a la carencia de tiempo lo ilustraré con ejemplos: Walmart, Nike, Amazon, McDonnals, Zara, Corte Inglés, Banco de Santander, Repsol, Telefónica... son todas empresas, entre muchas otras, que disfrutan de unos crecimientos espectaculares, multiplicando beneficios y disparando sus ahorros. Las ventajas para su propia ética del beneficio para el accionista parecen obvias. Las ventajas para la sociedad son dudosas. En la práctica la gran corporación está multiplicando su poder hasta el punto de que cada vez las mismas fronteras políticas se van trivializando y diluyendo (el caso de la Unión Europea es paradigmático dado que el motor principal de la unión no ha sido ni político ni social sino eminentemente económico). El cómo lo consiguen es gracias al uso exhaustivo de la tecnología para racionalizar al máximo las actividades de la organización. A este proceso se le conoce como «reingeniería de procesos», y ha supuesto uno de los boom económicos más representativos de los años 90. Esta reingeniería se ha podido aplicar a las organizaciones gracias al desarrollo de la informática. Las caras reingenierías exigen sistemas de información personalizados también ha generado un círculo vicioso: sólo algunos  tienen suficiente dinero para implantar un proceso de reingeinería y quien se optimiza tanto, gana más dinero, con lo que las diferencias se disparan logaritmicamente. Ejemplos paradigmáticos son Google o Amazon, relativamente pequeñas empresas con alcance global. Algo que en el siglo XX sólo estaba al alcance de corporaciones con cientos de miles de empleados. Las consecuencias es que el espacio social y económico de la pequeña y mediana empresa, del gobierno y del propio ciudadano son cada vez menores. Y esto ocurre tanto en el mundo menos desarrollado como en el que más,

El Sistema Operativo Organizacional eStándar

A la plataforma software que implementa los procesos organizacionales de las corporaciones lo llamamos Sistema Operativo Organizacional.
El objetivo es permitir a la sociedad prosperar en la RD poniendo a su disposición un (o varios, soluciones más o menos verticales) Sistema Operativo Organizacional eStándar. La ventaja de poder copiar indefinidamente el software sin pérdida económica permitiría diseñar procedimientos optimizados de gestión organizacional (sea cual sea el área de actividad) que puedan ser adoptados masivamente a costes más que razonables.

Para entender mejor el ejemplo basta con volver a fijarse en otro de los grandes hitos del siglo XX, cómo Microsoft, la Ford del software, ha estandarizado la informática de una manera tan espectacular que ahora son víctimas del recelo de muchos que temen su capacidad de influencia en un mundo global. Lo interesante de MS es que han sabido como ninguno popularizar la informática arrancándola de las garras de los grandes, particularmente de IBM. Han creado un canal de distribución sin precedentes y han creado una «plataforma de software» universal que ha permitido que Internet madure en lo que es hoy día. El que su software sea insuficiente en lo técnico y en algunos casos hasta vergonzoso puede que incluso se pueda explicar por técnicas «fordistas» de optimización en la gestión. Pues bien, la analogía que queremos mostrar es que si Microsoft ha conseguido  crear una plataforma de software «democrática» a partir de sus aplicaciones, o al menos mucho más de lo que lo era la informática hasta los años 90, bien podemos dar el salto cualitativo y ofrecer una «plataforma de soluciones», el SOOS, y popularizarla de la misma manera y ofrecer por fin a la sociedad algunos de los beneficios reales de la Revolución Digital y no los mitos creados por la mercadotecnia.

La crisis del software

La expresión «crisis del software» es recurrente en mucha bibliografía técnica, tanto que ya suena a expresión vacía. El caso es que esta crisis existe y para ello basta comparar el desarrollo del hardware y su relación coste/potencia con el del software. En el hardware hay una reutilización sistemática y ahorros de coste continuos a merced de la reducción de materias primas en cada generación de productos, la reutilización de diseños previos, las economías de escala, etc. En el caso del software, donde todas las economías podrían ser de escala, al menos en teoría, no solo no ha ocurrido así sino que el coste no solo no se ha mantenido sino que ha aumentado. Y por otro lado la productividad que ofrece es muy limitada: hoy día el mundo del software ofrece aplicaciones, no soluciones, no se adapta a la forma natural de trabajar de los seres humanos y son sólo poderosas herramientas, a veces incluso sobredimensionadas, en lugar de adaptarse a las actividades del ser humano. Otra analogía para comprender mejor la idea es la industria automovilísitica: todos podemos estar de acuerdo en lo técnicamente complejos que son los coches de hoy día, incluso los de consumo masivo, sin embargo son poquísimas las personas que no son capaces de conducir uno con un entrenamiento moderado. Esto sigue siendo tristemente imposible con la informática actual.

Otro condicionante de esta crisis es la praxis de la profesión informática, que por uno u otro motivo no deja de ser desarrollada artesanalmente. Esto ha sido motivo nuestro de estudio en otros trabajos y no profundizaremos más de lo necesario, pero para comprender mejor el alcance usaremos de nuevo un ejemplo automovilístico: la industria del software pretende alcanzar la excelencia de los Rolls Royce en lugar de ofrecer la funcionalidad  de un Renault. Y lo que es peor, la calidad del software aún no consige compararse en absoluto con la mencionada excelencia de los Rolls.

 Un fenómeno muy importante es el del despilfarro económico que muchas sociedades realizan con la idea de avanzar en la inclusión digital. Es conocida la ley de Moore, que aún hoy marca la pauta del incremento regular de la relación potencia/coste del hardware. Menos conocida es la de Gilder aplicada de manera semejante a la conectividad. El resultado es que en tres años el hardware es  obsoleto incluso a efectos contables. Eso no sería un problema si hubieramos podido amortizar tanta potencia con soluciones software. Pero esas soluciones no existen. Siguen siendo aplicaciones de «bajo nivel». Podríamos profundizar mucho más, pero las limitaciones de tiempo de nuevo lo impiden.

Estrategia de futuro

Para avanzar en la revolución digital, en lo que ya algunos llaman la «sociedad de la participación» es imprescindible trazar una ruta hacia el SOOS que se desarrolle inexorablemente en el marco de los sistemas abiertos, la horizontalidad en las relaciones a todos los niveles y todos los tipos y la libertad de acceso y manejo del conocimiento en cualquiera de sus formas.

Líneas de trabajo

Se reconoce un proceso iterativo por el que cada actividad debe realizarse a través de cada una de estas líneas:
  1. Convergencia, trazar rutas de convergencia y cooperación, que atraigan y aglutinen masa crítica, tanto en desarrolladores, divulgadores como usuarios, etc.
  2. Buenas prácticas, recopilar, compartir y divulgar las mejores prácticas en las áreas de actividad de interés. Reutilizar el conocimiento.
  3. Estandarización, seleccionando entre las buenas prácticas un cojunto de las mismas que ofrezca las soluciones más amplias y completas posibles y que a su vez sean optimizadas a través de procesos de reingeniería e implementadas adecuadamente en forma de soluciones.
  4. Innovación, para incorporar al catálogo de soluciones el estado actual de la tecnología y refinarlo en un proceso permanente.

Metodología

El trabajo debería organizarse de la siguiente manera:

Requerimientos políticos

Es necesario tener en cuenta las siguientes restricciones políticas:

Requerimientos técnicos

Se proponen rápidamente las tecnologías y metodologías básicas:

Otros requisitos

Es preciso atender a otras restricciones tan importantes como las anteriores:

Actores

Los actores imprescindibles para la transformación de la sociedad moderna, sea cual sea el objetivo y el área de actividad son:
Cada uno de los tres actores deben trabajar por transformarse a sí mismos dentro del marco citado de los sistemas abiertos, la horizontalidad en las relaciones a todos los niveles y todos los tipos y la libertad de acceso y manejo del conocimiento en cualquiera de sus formas, para ser capaces de ofrecer a los otros dos las sinergias que necesitan y que merecen.